Todos los días, alrededor del mundo, ocurren decenas de miles de incidentes que involucran automóviles, autobuses, camiones, motocicletas, bicicletas y peatones. Ya se trate de sinuosas carreteras rurales de dos carriles o calles cerradas suburbanas o autopistas de alta velocidad, las decenas de millones de millas de asfalto pueden ser mortales.
Cuando ocurre un choque, a menudo, alguien (o algo) tuvo la culpa. Quizá un conductor no vio a un ciclista; el conductor de un camión no frenó lo suficientemente rápido o no contó con los fuertes vientos de costado. Podría haber fallas mecánicas imprevistas. Y si las condiciones climáticas son malas, ya sea por hielo, lluvia o nieve —o una combinación de estos tres— puede provocar un caos en la seguridad vial. A veces, puede ser un día de verano perfecto, pero algunas acciones al parecer insignificantes pueden derivar en una tragedia. A menudo, es en este tipo de situaciones que se entablan demandas judiciales. Aproximadamente el 5 % de estas, terminan en un tribunal.
Y cuando lo hacen, la labor de los expertos en reconstrucción de accidentes consiste en ayudar a los jurados a entender lo ocurrido. Lea este caso de estudio para descubrir cómo lo último en tecnología 3D ayuda a reconstruir estas escenas.